Es una entidad caracterizada por la alteración en la distribución normal de tejido graso en el organismo. Puede darse desde el nacimiento o se la ha visto asociadas al tratamiento de pacientes HIV positivos con medicación retroviral.

Gracias al avance en los tratamientos con drogas retrovirales hoy por hoy este efecto indeseado de la antigua medicación ha disminuido notablemente, pero hay muchos pacientes que tienen manifestaciones de esta enfermedad por medicación tomada tiempo atrás.

Dentro de las manifestaciones físicas que podemos tratar están:

• La pérdida del tejido graso y la profundización de surcos de la cara son tratables con procedimientos no quirúrgicos como son los rellenos faciales.
• La giba dorsal, acumulo de grasa en el dorso o cuello (joroba) es tratable mediante lipoaspiración de la misma o mediante cirugía a cielo abierto. En mi experiencia personal prefiero la técnica de lipoaspiración que a la resección a cielo abierto, con secuelas visibles mucho mas importantes. Con la lipoaspiración se realizan incisiones de 0.5 cms, mientras que con la cirugía a cielo abierto las incisiones mínimas son de 10 centímetros o más. Por esta razón, dejo esta última técnica para los casos en que la dureza de la giba me impida resecarla mediante lipoaspiración, ante esta situación convierto la lipoaspiración en cirugía a cielo abierto, en el mismo acto quirúrgico y el paciente de una forma o de otra soluciona su problema.
  
  

Estos tratamientos permiten tener un resultado sostenido en el tiempo en la mayoría de los casos. Los rellenos faciales, donde los productos mas recomendados tienen una duración limitada, habrá que volver a realizarlos nuevamente, cada vez que aparezcan las manifestaciones faciales, igual (véase descripción del procedimiento) los mismos no requieren internación ni reposo posterior.